viernes, 23 de abril de 2010

ENTREVISTA A BRUNO DI BENEDETTO

“El escritor debe trabajar con
el lenguaje y el alma de su tiempo”



El poeta Bruno Di Benedetto, radicado en Puerto Madryn desde 1979, fue galardonado con el honor máximo del Premio Literario de Poesía Casa de las Américas, que anualmente se entrega en La Habana.
El certamen es el más prestigioso entre los países de habla hispana del Continente y uno de los más antiguos de la región. Este año celebró su 51 edición y en él participaron 436 originales de 22 países.


Depende el cartel que se mire la temperatura varía en dos o tres grados, pero lo cierto es que los primeros fríos pasan factura en la siesta trelewense. En un incansable trajinar que va del valle a la cordillera y de la meseta a Buenos Aires, Bruno Di Benedetto se hizo un tiempo para conversar. La cita es en el Touring. Mientras nos acomodamos, me comenta que tal vez la acústica del lugar no es la mejor, pero ambos coincidimos en que este bar escapa a las tendencias modernosas, y nos sentimos mejor en un mundo más antiguo y más firme.
Después de saludar a dos personas que se acercan para felicitarlo, enciende un Benson y cuenta cómo recibió la noticia.

- Dos días antes de que se conozca el veredicto recibí un correo electrónico de Víctor Redondo en el que decía que me preparara para una gran noticia. Pasé dos días muy interesantes. Algo me imaginé, pero mi sueño era alcanzar una mención, no más.
Hasta que el 28 de enero a las ocho de la noche me llegan las palabras de Roberto Fernández Retamar (Director de Casa de las Américas) confirmando que había ganado el primer premio. Fue una satisfacción muy grande. Una especie de convalidación de lo que venía pensando de qué hacer como poeta. No es un libro casual, llevó seis años de trabajo con muchas idas y vueltas, con dudas, con descubrimientos de mi propia poética que no conocía. Fue también un trabajo de investigación histórica para algunos de los textos, de investigación poética y de mi mismo, uno va creando personajes aunque tal vez los personajes hagan cosas que uno no haría.

-Desde Dormir es un oficio inseguro pasando por Country, tus libros anteriores, hasta las Crónicas hay un salto muy grande, estético y poético ¿cómo fue ese proceso?
- “Dormir…” es un libro con el que no estoy muy conforme. Fue un primer intento que me trajo una crisis con mi lenguaje, no reniego de todo el libro, pero esa experiencia me llevó a cuestionar y a dejar de escribir durante un tiempo. Es un proceso de aprendizaje.
Pero lo que considero bisagra es un libro de relatos, “vengan juntos”, un libro autobiográfico en donde experimenté distintos lenguajes. Estaba muy copado con el barroco caribeño y medio peleado con la sequedad del lenguaje patagónico, argentino o porteño, esa cosa tan mínima y tan seca. Hice el proceso de escribir, lo disfruté y a la larga llegué a ese equilibrio: ni tan barroco ni tan seco.
Esto de alguna manera produjo un quiebre en mi forma de trabajar, era la primera vez que me proponía un proyecto de libro, hasta el momento trabajaba con poemas sueltos.

- Trabajaste con una polifonía.
- Claro, ese es el otro punto. Tengo la necesidad de muchos registros de voces, hay muchas voces que hablan en mí que necesito sacar, esto me hizo recurrir a la poesía dramática, la lirica siempre fue una de mis opciones, y a su vez estuve trabajando el minimalismo, porque está todo actuando en mi. Yo creo que todavía estoy en ese proceso de una búsqueda de lenguaje, no sé si lo voy a alcanzar, pero lo que fascina es el proceso.

- Lo que entretiene es la búsqueda.
- Totalmente. También hay que ver que yo empecé tarde a trabajar firmemente en poesía, me dediqué mucho tiempo a la enseñanza lo cual me postergó, tal vez podría haber hecho este proceso 15 o 20 años antes.

- Hay una gran cantidad de poetas en la región ¿Cómo ves lo que está pasando literariamente en Patagonia, y fundamentalmente en poesía?
- Yo creo que la Patagonia es eminentemente poética. Parece que esa broma de que se levanta una piedra y aparece un poeta empieza a ser cierta, lo que es una gran noticia. Ignoro las causas de que haya tantos escritores trabajando en poesía en un territorio fundado en las narraciones y relatos. Es un proceso muy vital, puede ser que la suma de individualidades de los que escriben poesía en la Patagonia esté marcando la diferencia respecto al canon instaurado en los noventa y lo que va de este milenio. Me parece que nuestro aislamiento provocó nuevos procesos que no dejan de asumir todas las corrientes que funcionan, porque también somos bastantes cosmopolitas, pero se está generando algo que se recorta netamente de lo que se escribe en Buenos Aires y el resto del país.

- Volviendo a tu quehacer como creador ¿Quiénes son ineludibles a la hora de hablar de maestros o influencias?
Muchas y por etapas o capas. Tuve una gran influencia de la poesía francesa, principalmente del surrealismo, y sigo leyendo poesía francesa, un poco contra corriente de lo que está de moda, que es la poesía inglesa o norteamericana.
Un maestro absoluto para mi es Borges, esto no significa que lo siga. No es un gran poeta, es un gran narrador y un maravilloso pensador del lenguaje. Otro escritor que me influenció fue Roberto Juarroz por su trabajo sobre pensamiento paradojal. También Gelman y algunos amigos y contemporáneos como Spíndola.
Otro referente es Cesar Fernández Moreno, él decía que había dos tipos de poesía: una que era diamante y otra que era barro, y ubicaba su trabajo en esta última opción. Seguí mucho esta escuela, más que nada porque uno va conociendo sus límites y considero que un poema no es un fin en sí mismo, sino es un artefacto que tiene que provocar estado poético, no importa como. Por eso hay tantos estilos que funcionan. La gran diferencia es que hay algunos artefactos que caducan y otros que perduran.

- De tus colegas patagónicos ¿Cuáles son los que más lees?
Además de Spíndola, he leído mucho a Juan Carlos Moisés. Cristian Aliaga me parece un excelente poeta. También me interesó el trabajo de Niní Bernardello de Ushuaia. Graciela Cross de Bariloche. De Río Negro Liliana Campazzo, Silvia Castro. El problema es excluir, hay muchos que me gustan.

En este momento la grabación se interrumpe, aprovecho y cercioro de que la cinta esté funcionando. Bruno mira hacia arriba como buscando en su memoria algún autor que se le escapa. Pero el olvido suele ser una parte profunda de la memoria y se rinde.

-¿Estás trabajando en nuevos proyectos?
- Sí, en tres. Dos de poesía y uno de relatos, que sería la continuación de Vengan Juntos. Estoy trabajando un libro de poemas en la línea de Country, que se va a llamar Shopping. Y un segundo libro de poesía que me entusiasma mucho, que vi en un sueño, soñé el título, los personajes, cómo hablaban. Esto me hace ahondar en una investigación onírica en mi psiquis. Está apareciendo un lenguaje totalmente nuevo para mí. Pero por ahora es un proyecto, hay que ver cómo va a terminar, si va a terminar. En fin, voy escribiendo a medida que el tiempo me lo permite.

Y continua con su andar Di Benedetto, buscando el artefacto que produzca estado poético.

Dante Sepúlveda

2 comentarios:

  1. Buenísima la Nota, doble felicitaciones a Bruno por el premio y a Dante por la nota. Me encantaría leer los versos del libro!

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