jueves, 6 de mayo de 2010

SE LEVANTA LA CHUZA


“Danzando en el viento”, músicos de lujo, poesía y ritmos populares. El dúo compuesto por Horacio y Pepe Contreras demuestra que hace tiempo juega en mayores.



Pepe y Horacio Contreras, son una conjunción de historias de la meseta de Somuncurá, la fiebre fabril de Trelew y su decaída y caída y las crisis. De esos hombres que, como buenos poetas, ven eso que está ahí y es fortalecido por el poder de la palabra y se pone en movimiento por la magia de la música. Entonces los seres tan cercanos, las viejas vecinas del barrio, el albañil planeando en los andamios, la abuela pintando el paisaje con su mirada, la maestra y el carpintero, los músicos, todos pasan a ser parte de un universo que brilla por su sencillez y su autenticidad, palabra difícil por estos tiempos. La sinceridad hace que los trabajos de este dúo entren en su casa y se queden a vivir y a hacer vivir de una manera diferente.
Pepe Contreras comenzó su carrera hace más de veinticinco años. Durante buena parte de ella fue el guitarrista del conocido Rubén Patagonia, hacia fines de los noventa recorrió buena parte de los escenarios tangueros de Buenos Aires.
Horacio, su hermano, profesor de historia y responsable de la lírica del dúo, recorrió buena parte de Patagonia y compartió escenarios con varios de los poetas más importantes de la región (él siempre como compositor de canciones), hasta que, un poco el cansancio de Pepe, un poco la crisis y un poco el azar, hicieron que los hermanos se juntaran y apostasen, en 1999, por el proyecto: La Chuza, esa lanza que los hermanos levantan y que “no hiere jamás a quien no debe, porque es de verbo y sabe bien quién es el chancho”.

“Barrios Bajos”, primer registro de La Chuza, significó uno de los discos que marcó la década. Vio la luz en 2001- 2002. Así, en plena crisis, el dúo trelewense dio a conocer un trabajo cargado de experiencias, nostalgias de la meseta y de sus habitantes y vivencias barriales. La diferencia con la mayoría de lo que muchos conocen y reconocen como “música regional” estaba bien marcada: los hombres y las mujeres eran el centro de atención en las composiciones, mientras el paisaje, si aparecía, era un trasfondo que servía sólo para reconocer alguna geografía inevitable.
“Danzando en el viento”, disco que se presentó el 10 de abril en el Teatro Español, tiene todo eso y un poco más, o bastante más. Se trata de canciones que han crecido y recorrido prácticamente toda la Patagonia en estos últimos años. En ellas se mantiene la idea del hombre y la mujer como centro de las historias que el viento, ese gran señor que suele filtrarse “como la tierra en las rendijas de las ventanas”, nos trae y para hacer canciones. “Milonga del viento y vos” comienza la producción donde no falta el cantar a los oficios terrestres donde canciones- poemas homenajean a carpinteros, purruferos y creadores de la región, sin perder actualidad y universalidad. Y como nadie puede evitarlo, el dúo se pregunta ¿Quién puede burlar al amor?, podemos escuchar “Mancha y tiza”, guajira con fuerza de viento de esos que mas que llevarse trae recuerdos como venganzas de los niños. Y es que, como dice Pepe Contreras, responsable en gran parte de la cuestión musical del dúo, “este es un disco abierto en todo sentido, la música no busca límites sino fronteras y nuevos horizontes”. El dúo marca así una clara visión de lo que es la identidad regional: una mezcla de danzas y ausencias, sumados al trabajo constante y la construcción de canchas donde juegan los proyectos entre las “Líneas de cal” que se marcan para el juego permanente de las madres, el Ché, los trovadores y el destino de siempre pensarnos.

CUANDO SOPLA LA MÚSICA

“En la autenticidad nace ese mensaje familiar, cada uno tiene una mirada, nosotros decimos que esa autenticidad es el leño que cada creador arrima a esta gran fogata que se está gestando desde hace tiempo”, comenta Pepe Contreras, y en esa línea se suman ritmos como la polka, aires de loncomeo, milongas y canciones que reflejan lo que el habitante del campo y el de la ciudad crean, escuchan y recrean.
Si existe un cambio notorio en cuanto a los arreglos musicales que tiene este disco, gran parte se debe a los trabajos de Ariel Mac Donald, en piano eléctrico, samplers y midis, y de Jorge Ciar, Risas, en baterías. La base se mantiene con Víctor Sartorelli en bajo, Horacio Contreras en voz y guitarra rítmica y Pepe Contreras en primera guitarra y segunda voz. No tenemos que olvidarnos del infaltable César Carrasco en el violín de “Mancha y tiza”.
“El sonido que tiene este disco ha sido, en gran parte, gracias al aporte de Mac (Donald), coincidimos en montón de cuestiones sentimentales e ideológicas, así que se diría que el ofició como una especie de productor musical, su trabajo es invalorable, tradujo lo que nosotros sentíamos en el disco.”, dice Pepe. El trabajo de Héctor Mac Donald brilla en “Regreso”, un loncomeo donde participa la respetada Manuela Tomas con sus palabras en mapuzundung, lengua del pueblo nación- mapuche.
Pero todos los músicos que participan tienen su cuota de protagonismo y responsabilidad sobre el producto final, como dice Pepe: “no se trató de adoctrinamiento o partituras, sino que cada músico, cada uno de ellos con mucha trayectoria, puso lo suyo con plena libertad. El disco está bien lejos de tratarse de solistas tocando juntos.”

Mauricio Robles



Línea de cal

Ya el sol parte el día por la mitad
secando al rozar, líneas de cal.
Mientras la ciudad se tiende a descansar,
ponen la red
Van a jugar.

Mástiles del hambre y hormigón
saben verse más solos que un chaparrón.
Pero las cuentas por ajustar con la vida
se van cuando ella
se echa a rodar.

Hay que verlos jugar
para poder hablar después de “cracks”
¡Qué jugadores sin pelota!
Pican y van. Pican y van y van.

Ritos de tinta jugarán también
bajo el sol que les quedó en la piel
La madre, el Ché, nombres, corazones,
“quereme vos,
te amo yo.”

Quién sabe qué olvido rondarán
“Loqui”, “Mila”, el “Chueco” y los demás,
Y hasta esta canción trancando el tablón
sol hundiéndose
tras el galpón.


Los otros Músicos

Jorge “Risas” Ciar
El baterista más versátil de la provincia, y tal vez de la Patagonia toda, Organizador de encuentros de bateristas de nivel internacional. Entre las bandas en que participó, podemos nombrar a Jam Sessión y Bonus Track.

Héctor Ariel McDonald

Su trayectoria es reconocida internacionalmente. Trabajó junto Peter Gabriel y, en otro momento, junto a Sting. Es de Gaiman, sí, sí, de acá nomás. A sus estudios, concurren de los más selectos del mundo.

Víctor Sartorelli
Parte fundamental del grupo trelewense “Croma” y el recordado “Garay Fusión”.
Podríamos decir que es el tercero de los Chuza. Los acompaña prácticamente desde sus inicios como dúo. Su precisión y profesionalidad dan al grupo pasos seguros y prolijidad reluciente.

En escena

A los músicos que participaron en el disco, debemos sumara a Juan Barrena en guitarra y a Rubén Montero en Percusiones; su participación en el recital que ofrecieron en el Español y, seguramente, en los por venir, le dan la pulidita final al equipo. Lujitos que se dan por estos días.

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